Te sientes al final de tus fuerzas. Anoche no pudiste dormir. Te inquietan los problemas que necesitas resolver, o el dolor de una pérdida te impide dormir de manera continua y profunda. Sientes que no puedes más. La tristeza, la ansiedad, la culpa o la vergüenza no te dejan vivir. Te sientes al borde del desastre. No hallas la salida, no puedes ver la luz al final del túnel. Piensas que lo has intentado todo y nada resulta. La desesperanza se siembra en ti.
¿Te has dado cuenta que al despertar cada mañana tienes una nueva oportunidad? Que despiertas a una nueva vida. Que puedes dejar atrás el pasado porque solamente tienes el momento presente para lo que necesites hacer. No es necesario pensar en este momento en todo aquello que necesitas resolver, porque se convertiría en un alud que te aplastaría inmisericorde. Un paso a la vez, solamente uno. Solo por hoy. No hay prisa. Haz únicamente lo que puedas hacer el día de hoy. Si tienes que hacer un pago a fin de mes, concéntrate en el día de hoy convencido que lo que siembres hoy, cosecharás mañana. Si vives sin pensar en el tiempo, sin acumular los días, semanas, meses o años, tal vez te liberes de su implacable yugo.
Lo único que no tiene remedio es la muerte, las situaciones problemáticas son para resolverse utilizando tus habilidades y creatividad. Úsalas. Tú puedes hacerlo. Cree en ti y confía en tus capacidades para pensar y encontrar soluciones.
Lo que hiciste o no hiciste no importa. Lo hecho, hecho está. Lo que hiciste que te llevó a la situación actual, puede ser resuelto con acciones diferentes a partir de hoy. Comienza en este momento a hacer lo que creas será más apropiado en esta ocasión. Si no hiciste algo, hoy es tu oportunidad de hacerlo, no te laceres. Y lo que falta por hacerse, puedes comenzar a hacerlo hoy, Reanuda o continúa en el momento presente con lo que empezaste antes.
Estas son algunas ideas que pueden servirte:
1. Divide tu meta en pequeñas sub-metas y haz las tareas que requieres hacer para alcanzar cada una de ellas.
2. Comienza por algo, aunque sea solo un poco a la vez, no puedes ni tienes que lograr todo el día de hoy.
3. Cuando la angustia se apodere de ti, pregúntate: ¿Qué es lo peor que puede suceder? (ésto te ayudará a enfrentar y eliminar el pensamiento catastrófico).
4. Respira tres veces profundamente (o realiza la respiración diafragmática como en el yoga) para oxigenar tu cerebro y equilibrar tu sistema, a fin de pensar claramente.
5. Recuérdate que el pasado se ha ido y el futuro aun no está aquí, éste se va haciendo en el momento presente.
6. Date una tregua. Si estás agotado o muy triste, descansa o llora, permítete dedicar unas horas a ti mismo. Esto permitirá que al contactar con tus emociones o descansar tu cuerpo, podrás reanudar tus actividades fortalecido. No evites tus sentimientos, hónralos, tanto como a tu cuerpo.
7. Escúchate y ponte en acción. Haz aquello viable y racional que viene a tu mente.
8. Platica tus inquietudes con personas empáticas, que te escuchen y apoyen.
9. Únete a un grupo de apoyo que comparta tu problemática.
10. Si sospechas que padeces de depresión o ansiedad, acude a un profesional que pueda apoyarte.
Se compasivo contigo mismo, pero deja de sentir lástima por ti mismo, de lo contrario, te llevará más tiempo salir de la situación de angustia en la que te encuentras. Todo conlleva un proceso y todo pasa.
Recuerda que estás vivo por alguna razón, seguramente aun tienes algo que hacer. Así que ánimo, levanta los pedazos de tu vida y comienza de nuevo.
Por Bertha García Vasconcelos
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