Dulcísimo Corazón de Jesús:
tuyos somos y tuyos queremos ser;
humildemente postrados
ante tu Sagrada Imagen,
te consagramos nuestras personas,
nuestra casa, nuestra familia, con todo lo que somos
y todo lo que tenemos.
Reina en nuestra casa como en un hogar
que te pertenece
y no permitas que te sea arrebatado
lo que con todo corazón te hemos consagrado.
Derrama amorosamente sobre nosotros
las bendiciones que has prometido
a los que veneran tu sagrada imagen.
Enriquécenos con la paz
de que gozan las familias
que son de tu corazón.
Compadécete de los que, ingratos,
se alejaron de ti.
Ilumina a aquellos que todavía no conocen
las riquezas de tu amor,
atráelos con la suavidad de tu gracia.
Santifica, dulce Redentor, nuestra casa y
familia, para que acabando en paz la carrera
de esta vida pasemos a alabarte.
En la eterna mansión de la gloria. Amén.