No le importa arriesgarse, si con ello puede expresar y representar quién es ante los demás. Está buscando una identidad diferenciada, la auténtica expresión de él mismo para poder gritar: "Yo soy". En este camino hacia la autenticidad hay sinceridad, coraje, egoísmo y exhibicionismo infantil.
Si en lugar de ofrecer generosamente su luz, pretende brillar para ser admirado, caerá en la sobrevaloración, escondiendo detrás de la apariencia de seguridad un complejo de inferioridad.
En situaciones en que los demás no le elogien o no le devuelvan la imagen que él pretende proyectar, le costará admitir su fracaso. Es difícil para el signo Leo mantener contactos con aquellos que no le valoran.
Su regente, el Sol, le aporta el que crea en sí mismo, pero también sentirse el centro del mundo.
Cuando se reconozca parte de una totalidad, comprenderá que cada ser humano es de igual importancia, y nadie es mejor que nadie. Expresarse, sin necesidad de representar papeles, ni falsos egos, le acerca a la verdadera autoconciencia. Ya ha pulido el orgullo y no se comporta de una manera jactanciosa para impresionar a sus semejantes.
El signo Leo nos aporta la necesidad de asumir riesgos personales. También nos aporta él mostrarnos sin miedo al ridículo de una manera auténtica y reconocer que podemos decir en voz alta quienes somos. El mundo necesita de esa parte especial que poseemos cada uno de nosotros, valiosa porque es única. Ninguno de nosotros podemos arriesgarnos a pasar por el mundo sin salir a escena.
Los signos y la correspondencia con los arcanos del tarot:
Arcano XI del Tarot: La fuerza, Sol Marte.
Arcano XIX del Tarot: El Sol, el Sol
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