Dentro de la infinidad de cosas para las que puede utilizarse la Meditación, y una de las más importantes, sin lugar a dudas, es la de perdonarnos completamente mientras meditamos.
Cuando nos relajamos, cuando nos regalamos este valioso tiempo para nosotros mismos, nos estamos tratando como los seres valiosos que sabemos ser. Esto es sumamente importante. Aquellas personas que generalmente no “poseen el tiempo” para meditar son las que menos se miman y perdonan a sí mismas, en la medida que no realizan el esfuerzo para encontrar este tiempo de intimidad individual.
Mientras comenzamos a meditar, es importante traer a nuestra mente aquellos eventos o situaciones que no hayan sido de nuestro agrado. A tal efecto, escanearemos nuestro cuerpo en búsqueda de constricciones, tensiones y esfuerzos innecesarios. Estos cúmulos de energía mal utilizados son el reflejo de nuestro cuerpo emocional en nuestro cuerpo físico, y en caso de no hacer nada al respecto, comenzaremos a acostumbrarnos a la sensación de malestar, mientras que acuñamos como propios estos síntomas emocionales.
Serenar la mente y respirar relajadamente nos permite revisar todo nuestro cuerpo en busca de emociones “pegadas”. Aquellos lugares donde duele, donde sentimos una sensación de peso, aquellos sectores donde nos molesta constantemente, son señales de cosas emocionales pasadas sin resolver. Generalmente, encontramos tensión en la espalda, nudos en la garganta y boca del estómago, presión en la sien o en los pulmones, etc. Como vemos, la zona afectada tiene mucho que ver con el tipo de problema que debemos sanar y la forma en que debemos hacerlo.
Cuando nos encontramos con alguna tensión a nivel muscular, simplemente estemos atentos a aquellos pensamientos y recuerdos que se nos presenten. No nos identifiquemos con ellos. Simplemente traigámolos a nuestra mente y mirémolos desapegadamente, desde una postura de testigo. Cuando logremos esto, estaremos racionalizando dichas cuestiones a nivel mental con la lógica del hoy, permitiendo que estos recuerdos malos pierdan su carga energética psicológica.
Quizá notemos que las tensiones se van con este ejercicio. Quizá notemos que las tensiones arrecian y nos sentimos aún más incómodos. De cualquier manera, ambos síntomas son referencia de progreso! A veces, cuando limpiamos psicológicamente, surgen nuevos y más profundos traumas que debemos sanar y perdonar de la misma manera. Al lograr esto, con paciencia y perdón, podremos lograr resultados fantásticos. Muchas personas sienten como sus tensiones aflojan con la primer sesión, así como también existen aquellos que requieren un poco más de trabajo.
No nos desesperemos. Simplemente relajémonos y visualicemos sin apegos estas cuestiones. Notaremos los resultados inmediatamente.