¿Sabes qué es el Tantra? El arte y la ciencia de la canalización correcta de la energía.
El Tantra es la búsqueda del sí-mismo-esencial, es la búsqueda de tu verdadera naturaleza, la búsqueda de la libertad.
No es la búsqueda de la sensualidad, del libertinaje, del placer por el placer.
El Tantra no se reduce al sexo.
¡Abre tu mente!
¿Qué es el sexo tántrico?
El sexo tántrico pone énfasis en el cuerpo, y en la energía, acepta el cuerpo como algo sagrado, el deseo se entiende como trascendencia y el sexo es una fuente de placer.
Se desarrolló en la India y en Oriente y considera importante que el hombre no eyacule porque la energía que se liberaría con la eyaculación ‘hacia afuera’ -lo que se entendería como una pérdida- puede utilizarse transformada para que la energía ascienda y active los siete chakras de la conciencia. El tantra no usa el sexo como descarga sino como xxxxxx de energías masculina y femenina.
La energía circula automáticamente al hacer el amor, pero a menudo se pierde debido a la falta de consciencia. Lo importante es familiarizarse con la sensación de un flujo libre de energía a fin de reconocerlo conscientemente. Es de gran importancia hacer circular la energía sexual, en lugar de perderla; esto puede lograrse colocando conscientemente las manos sobre algunos de los chakras y dirigir mentalmente la energía a esos chakras.
Cada Orgasmo, Masculino o Femenino, es una explosión cósmica de energía vital que en un ciclo de reciclaje se integra con la energía vital del Universo, para retro-alimentarse y general más estados de conciencia. Es el estado puro del Prana en conexión con el todo.
La sexualidad es la parte principal de nuestra vida, el motor y la fuente de energía. La podemos vivir como algo hermoso y creativo que nos impulsa a desarrollarnos en un estado de plenitud y gozo, o la podemos vivir privándonos de lo natural, la libertad y el placer. Negarse a todo eso es como negarnos el respirar, llevando cadenas invisibles que nos hacen sentirnos prisioneros manteniendo relaciones insatisfactorias o buscando la solución en nuevas relaciones.
¿Cuáles son sus principios?
Para el sexo tántrico, el amor sexual es como una danza, un despliegue de energía que va de un cuerpo a otro, se asciende del placer carnal, de la estimulación de los sentidos al sentir de la energía y a la apertura de conciencia hacía la eliminación de miedos y tabúes. En el tantra, el sexo ocupa un lugar destacado, tiene una connotación sagrada y se desarrollan prácticas y ejercicios para potenciar la energía sexual en el individuo y en la pareja.
Osho señalaba que “El hombre tiene siete centros, y cuando los centros de una mujer están en sintonía con los de un hombre, sienten una unión absoluta, una unidad”. La sexualidad, fuente de vida, es una herramienta que le permite al ser humano integrarse con el todo, es una fuerza poderosa y divina, que bien encaminada puede ser utilizada para alcanzar la iluminación y llegar a elevados estados de conciencia. No se trata de tener sexo por diversión; el cuerpo es el templo del espíritu y con la sexualidad se expresa la energía creativa, para transformarla en progreso espiritual.
La sexualidad como meditación
Swami Arhat, un seguidor de Osho, dice:“Si vas a hacer el amor, es importante que vivas el momento, te entregues, estés presente y respires profundamente. El tantra busca activar tus puntos energéticos con ejercicios de meditación que te permiten sensibilizar el cuerpo, calmar la mente, aquietar las emociones y entrar en contacto con lo divino, un elevado estado de conciencia.
Es preciso que si eres mujer contactes con tu lado masculino para conocer a tu pareja, darle placer y conectar con él”. “Puedes meditar cuando haces cualquier actividad, pero la sexualidad con todo su poder se vuelve uno de los caminos más directos a la iluminación y a distintos y profundos estados de conciencia.
Pero todo depende de la forma en que se practica. El compromiso, la dedicación y la seriedad con que se lleve a cabo la sexualidad hará más o menos efectiva su práctica”, asegura Arhat.
Encontramos el control de la eyaculación para mejorar la relación sexual y potenciar la energía masculina. Se trata de retener la excitación sexual a través del control de la respiración y valiéndose de técnicas de control muscular.
Asimismo, el control eyaculatorio tiende a una mayor relajación y al disfrute más prolongado de la actividad sexual. En una relación sexual común y corriente, el final del acto es el clímax, el orgasmo. Pero sin llegar al orgasmo, la pareja puede tomarse más tiempo y explorar otras partes de sus cuerpos. En el tantra no hay un fin, sino un aquí y ahora, que te permite centrarte en el momento en que vives.
En la cultura occidental orientada hacia los logros, el orgasmo está considerado como el objetivo del sexo, especialmente en el caso de los hombres. En el tantra, la satisfacción femenina y el orgasmo son muy importantes, pero el orgasmo masculino debe demorarse para prolongar la dicha.
Para encontrar a Dios no hay que prescindir del sexo ni de la celebración, ni hay que renunciar a la vida.
Reprimir el sexo, rechazarlo o entregarse al otro extremo, la lujuria, nos aporta, también, innumerables problemas psicológicos y espirituales.
Más bien, deberíamos aprender que libertad es muy diferente a libertinaje y que el sexo debe estar unido al amor.
Pues es de esa manera como la vida se disfruta, se vive y se aprende.
Si no hay amor en nuestras vidas,
si hay miedos, morimos antes de morir.
Fuente:http://www.esmas.com/mujer/sexoyamor