La muerte, como tema, debe ser tratada de forma natural. No obstante, genera e inspira grandes miedos, temores, angustias y hasta pánico. Para algunas culturas, en cambio, significa un motivo de alegría porque se avanza a otras formas de vida diferentes. Para la mayoría, la muerte representa el umbral hacia otra vida, que será favorable si el difunto ha sido, básicamente, bueno.
Hay una serie de rituales religiosos y sociales cuando alguien se despega de nosotros. Dependiendo de las creencias son actos simbólicos que se realizan para aligerar el viaje del alma, así como para consolar a los familiares afligidos. Sirven de despedida simbólica al difunto. Dentro de este tipo de rituales tenemos el velorio y el entierro en los cementerios. En otros casos, también se encuentra la cremación usada por distintos pueblos y culturas. Actualmente, es una práctica común en muchas naciones. Sólo desde hace pocos años se realiza en Venezuela, donde surge como una alternativa diferente al entierro.
La cremación es un símbolo de sublimación. Tiene por origen la trascendencia del fuego en cuanto a vehículo, o mensajero del mundo de los vivos al de los muertos. El fuego transmitiría una intención de purificación y de luz. La llama que se eleva hacia el cielo representa el impulso hacia lo divino y emblema de renacimiento. El fuego es del cielo pues asciende, tiene origen terrenal y destino celestial.
En realidad, la cremación solamente acelera el proceso natural de descomposición. Al morir se da un proceso de combustión lenta, el cuerpo físico se va deteriorando, se da un proceso de oxidación, de fermentación que se acelera con la cremación y llegamos al mismo final... cenizas.
Las personas que están de acuerdo con la cremación, señalan que la ceremonia es más sencilla y hay más intimidad. Asimismo, para los creyentes en el alma, el espíritu se desprendería más rápido de la materia e iniciaría el viaje a donde quiera que vaya. Es menos traumática, en el sentido de acortar el período de despedida del difunto, obvia el velorio y la ceremonia del entierro. Igualmente, permite que la familia lance las cenizas al mar, o a un río, o las entierre en alguna montaña, o simplemente las siembre con algún árbol, o las guarde en el altar familiar o en los templos, como lo hacen las culturas orientales.
De manera que si sus creencias se lo permiten, la cremación es un ritual diferente que ayudará a sus seres queridos a romper el vínculo con el difunto más fácilmente y al fallecido le aceleraría su encuentro espiritual con la Divina Providencia.
"El espíritu se desprendería más rápido y emprendería el viaje a donde quiera que vaya"
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