UN TOQUE DE GLAMOUR
Los nacidos bajo el signo de Leo no suelen ser personas que pasen fácilmente desapercibidas. Suelen ser el centro de la atención y esto les encanta.
Les gusta sentirse el centro de las cosas, creer que todo gira a su alrededor, así que si quieres llamar su atención será mejor que empieces a cultivar tus habilidades oratorias, especialmente, tu capacidad para el halago. Sin embargo, no olvidéis nunca que los Leo no han nacido para ser conquistados, sino más bien para ser ellos los conquistadores, y sobre todo, son ellos los que eligen, siempre, jamás son elegidos por otros. Uno puede únicamente tratar de llamar su atención e intentar hacerse digno de la posición de consorte que ellos otorgan a su pareja.
Es probable que traten de impresionarte con regalos caros -les gusta el lujo y las cosas de valor-, o tratando de hacer cosas llamativas que acaparen su atención. Los Leo saben que son diferentes al resto; en realidad, su orgullo los hace a veces sentirse superiores a los que los rodean, y a su pareja le exigen que se haga digno de ellos y de su posición. La vida según Leo debería desarrollarse como en una película en la que ellos son los protagonistas. En ellos todo es grandeza, nobles sentimientos y afán de protección hacia sus seres queridos.
Con su pareja son muy sinceros y por tanto esperan de ellos la misma sinceridad. También suelen ser fieles, por lo que esperarán de su pareja una fidelidad a prueba de bomba, que implique incluso un apoyo incondicional al cien por cien sea cual sea la situación.
No toleran ningún tipo de humillación, y buscan parejas de las que se puedan sentir orgullosos, que sean dignas de estar a su lado. Ya que se consideran a sí mismos por encima de la media, su pareja también deberá estarlo, ya sea por su elegancia, su inteligencia, o alguna otra cualidad, y mejor aún si ésta cualidad es bien visible.
Como amantes son atentos y cariñosos, capaces de desarrollar una enorme capacidad de amar; por algo se dice que los Leo son todo corazón y totalmente incapaces de engaño alguno. Prefieren tener el control durante el sexo, estar encima o por lo menos dirigir las maniobras explicando a su pareja lo que debe hacer. Su postura preferida será cualquiera en la que su pareja quede a merced de todos sus caprichos, pero les volverá locos también conducir y orientar a su pareja para que sepan exactamente lo que deben hacer con su cuerpo y lo que les van a ofrecer a cambio.
Jamás te atrevas a hacer ningún tipo de crítica sobre su forma de hacer el amor. Si ya es difícil que soporten cualquier tipo de crítica en la vida cotidiana, por más bien intencionada y constructiva que sea, en la cama simplemente no lo van a tolerar. Este es uno de sus puntos sensibles; tienen siempre miedo de no ser lo bastante sexuales para su pareja y lo que más les preocupa es la opinión de su amante respecto a ellos. En cambio, y por el mismo motivo, los halagos son capaces de obrar maravillas sobre ellos.
Hazles creer que son unos magos bajo las sábanas, y se dedicarán a demostrarte cada vez que tienes toda la razón, y hasta intentarán convencerte de que te has quedado corto en tus halagos. Claro que tu problema será convencerlos para que te lo demuestren con hechos y no con palabras. Pero ya sabes que eso no es difícil, unos cuantos comentarios sobre su excelente técnica sexual, y el milagro se producirá