Mediante un análisis más profundo de los datos del iridio recogidos en la caliza, se ha deducido que la presencia de iridio es el resultado de la colisión de un cometa de 10 km de diámetro con la Tierra. Un impacto de semejante magnitud provocaría que una gran cantidad de partículas de polvo fueron proyectadas a la estratosfera y permaneciesen en suspensión oscureciendo el cielo y dejando un mundo en tinieblas perpetuas. Estas condiciones extremas crearían un ambiente inhabitable y desencadenarían la extinción de las especies vivas.
Némesis en su órbita excéntrica alrededor del Sol, perturbaría periódicamente la nube de Oort situada en las regiones mas remotas del sistema solar
Otra línea de evidencia no basada en efectos terrestres, la encontramos en la exposición a rayos cósmicos. Mediante la exposición a rayos cósmicos, se ha mostrado que los meteoritos creados por cometas cayeron a la Tierra aproximadamente al mismo tiempo en el que sucedieron las últimas tres extinciones masivas. La exposición a los rayos cósmicos se determina al medir ciertos tipos de isótopos en las muestras de meteoritos, como el neón 21. Este parámetro se usa conocer el tiempo en el que el meteorito ha estado viajando por el sistema solar desde su formación. Los meteoritos que indicaran un impacto de un cometa serían ricos en hierro o condritas H. estas rocas recibirían su alto contenido de hierro de los núcleos ricos en hierro de los asteroides o planetas después de sufrir el bombardeo de cometas arrancar rocas hacia el espacio. Se ha encontrado una correlación de estas "condritas H" con los episodios de extinciones masivas; dando con ello una mayor evidencia a la teoría de Nemesis.
Con el descubrimiento del paleomagnetismo, las inversiones del campo magnético terrestre constituyen otra evidencia adicional a la Teoría de Némesis. La teoría dice que cuando un cometa colisiona con la Tierra, el agua cercana al ecuador se evapora debido a las temperaturas extremas y se convierte después en hielo y nieve que se deposita en los casquetes polares. Debido a la conservación del momento angular, una redistribución de la masa supondría una convulsión bastante grande que podría alterar el campo magnético. Estas inversiones geomagnéticas, según la investigación de Dave Raup, han sucedido 296 veces, aproximadamente cada 30 millones de años; que se corresponde bien con la teoría de Nemesis.
El impacto de un bólido también provocaría un descenso del nivel del mar. Esto se muestra que sucedió en el límite K/T.
La probabilidad de un que el Sol tenga una estrella compañera gana apoyo, si nos fijamos en el hecho de que más del 50% de las estrellas de nuestra galaxia forman parte de sistemas binarios, lo que nos llevaría a concluir que una estrella compañera de Sol sería una realidad probable.
Una Tierra en tinieblas mataría a muchas especies al no poderse realizar la fotosíntesis
Inicialmente se pensó en la actividad volcánica para explicar las extinciones masivas que han sucedido durante la historia de la Tierra, sin embargo, la actividad volcánica no puede explicar la periodicidad de los episodios de extinción, así como tampoco la existencia de altas concentraciones de iridio.
Los meteoritos también podrían explicar la extinción, aunque debido a su naturaleza aleatoria, no podrían explicar tampoco estos ciclos recurrentes de extinciones.
Con la aceptación de impactos de objetos procedentes de la Nube de Oort, existen varias formas en las que la atracción gravitacional daría como resultado una lluvia de cometas. Una posibilidad serían las nubes de polvo molecular que se encuentran en la Vía Láctea, aunque parece que estas nubes de polvo que estarían demasiado dispersas para provocar estas fuerzas gravitacionales. Otro posible mecanismo sería el hipotético décimo planeta o "Planeta X". Esta teoría sin embargo, necesitaría un disco interior en la nube de Oort que podría no resultar estable.
http://www.odiseacosmica.com/2010/02/la-hipotesis-nemesis-parte-ii.html