Cuando vamos a comprar al supermercado siempre terminamos comprando más cosas de las necesarias y previstas. Pero, ¿por qué? ¿Qué estímulos nos influyen? Hay muchos estímulos en el supermercado que nos hacen comprar más cantidad de productos.
Qué casualidad, siempre coges el carro que está roto. Pues no, no lo está. Y si se tuerce hacia la izquierda es algo que se hace a propósito porque esto te obliga a sujetar el carro con la mano izquierda para dejar libre la otra, que al final es la que hace la compra.
¿No te has dado cuenta que casi ningún centro comercial o supermercado suele tener ventanas o cristaleras al exterior? Lo hacen para que pierdas la noción del tiempo y no vayas con prisas. Si ves que fuera a anochecido, seguro que empiezas a aligerar para terminar pronto e irte porque es tarde. Y es que ¿cuántas veces no hemos dicho, al salir de un comercio, “anda, pero si ya es de noche”?
¿A qué se va a un gran supermercado? Lógicamente a hacer la lista de la compra, el 90% alimentos. ¿Y por qué la comida nunca está al principio? Muy sencillo, porque la comida tienes que comprarla a la fuerza, para eso has ido al supermercado, pero lo primero que te colocan junto a la entrada suele ser ropa, libros o tecnología para ver si “cae algo” y te encaprichas de algo que no tenías pensado comprar
Un estante se divide en tres secciones: sección baja o a ras del suelo, sección media a la altura de las manos, y sección superior a la altura de los ojos. Pues bien, en las dos secciones superiores -al alcance de tus manos y tu mirada- se colocan normalmente los artículos más caros o aquellos que el establecimiento quiere que compres. En cambio en la parte inferior -te tienes que agachar- sitúan las marcas blancas o los artículos que ibas buscando.
¿Por qué las cajas de los supermercados están llenas de cosas como caramelos, chocolatinas o globos? Muy sencillo, porque el tiempo medio en una caja es de un par de minutos, el tiempo justo para que tu hijo te diga: “papá/mamá, cómprame este chocolate”.