Cuánto hace que no se toma un tiempo para observar el cielo? El cielo de su ciudad, el cielo de su barrio. Ese cielo del que, desde la vereda o la calle, sólo podemos apreciar en un ínfimo porcentaje.
El cielo ha entrañado innumerables misterios para las personas, desde el inicio de los tiempos y nunca ha dejado de sorprender. El cielo causa en la gente, admiración, asombro, sorpresa, consternación y también… miedo. Y una vez más, cuando al parecer ya todo está visto y conocido, vuelven a surgir cientos de interrogantes en torno al cielo. El cielo sobre las ciudades tiene marcas y no son naturales. ¿Qué está pasando?
Si levantamos la mirada al cielo en un día despejado, es posible que podamos ver con facilidad una senda blanca producida por el paso de un avión a reacción, hasta aquí todo bien. Hace unos pocos años una serie de personas observadoras, se fijó en un curioso espectáculo, las famosas sendas, no se diluían al poco tiempo, ocurría algo extraño, las sendas se cortaban en seco y continuaban nuevamente en seco, las sendas no desaparecían a los pocos segundos de pasar el avión, estas “marcas” en el aire duraban en ocasiones hasta más de cuarenta minutos, y durante este período se extendían hasta formar una leve bruma.
El viernes 8 de agosto de 2008, en la ciudad de Rosario, Argentina, se pudieron observar varias estelas dejadas por aviones, supuestamente comerciales, que no fueron dispersadas ni movidas por el viento hasta más de tres horas después de haber sido producidas.
Otros observadores vieron que las sendas parecían dibujar en el cielo disposiciones concretas, tales como varias de ellas paralelas, en estrella, formando cuadrados o sospechosas curvas. Del mismo modo, los aviones que las producían, parecían volar a distintas alturas.
El la ciudad de Rosario, en pleno día y en horario pico, quizás no sean más que unos pocos los que levanten la vista hacia el cielo, y de hacerlo, los edificios, los árboles, los carteles y los cables suspendidos les impiden tener una visión abarcativa de la bóveda celeste. Aún así hay personas en las que, el incremento del tránsito aéreo en determinadas horas y las estelas dejadas por los aviones ha despertado curiosidad.
El lunes 8 de junio de 2009, entre las 14:30 y las 17 se pudieron contar hasta 9 estelas dejadas por el paso de distintas aeronaves a gran altura. Esta vez las líneas surcaban el cielo en forma paralela, con dirección noroeste – sudeste y tardaron horas en disolverse y confundirse con algunas nubes que fueron apareciendo hacia el atardecer.
¿Qué esta ocurriendo?Mediante la observación con potentes prismáticos y poderosos teleobjetivos, algunas personas pudieron ver estos aviones tan particulares, y la sorpresa que se llevaron fue mayúscula: estos aviones no producen las sendas con los reactores, ¡las sendas surgen desde distintas partes del fuselaje!... y otro dato interesante es que, en muchos casos, las aeronaves observadas son aviones militares de carga, de los cuales no se ha podido establecer su nacionalidad.
Las observaciones fueron realizadas en numerosos países europeos y en casi toda América, incluyendo Estados Unidos y Argentina.
Investigadores particulares descubrieron que cuando el sol entra en el ocaso, estas sendas suelen producir un extraño efecto iridiscente, lo que denota la evidente presencia de alguna sustancia que modifica el color natural de la luz solar.
A partir de ese momento, en aquellas ciudades donde las sendas se veían frecuentemente, los investigadores decidieron colocar finísimos filtros de aire montados sobre ventiladores, y para su sorpresa, en aquellos filtros, aparecieron una exagerada cantidad de metales pesados y extraños compuestos químicos.
¿Por qué?Luego de exhaustivas observaciones, investigadores aficionados llegaron a tres sorprendentes conclusiones que parecen explicar la causa de estas anomalías artificiales.
La primera de estas conclusiones sugiere que estas sendas químicas, forman parte de un programa militar que tiene por objeto deshacerse de ciertos compuestos químicos que no se pueden arrojar sobre el terreno ni las aguas, pero si pueden ser lanzarlos a la atmósfera para que de este modo, en combinación con el oxígeno y el hidrógeno, se catalicen para su destrucción silenciosa.
La segunda conclusión dice que las sendas, están destinadas a algún tipo de proyecto por el cual se pretende modificar artificialmente el clima o determinadas condiciones atmosféricas.
Por último, la tercera conclusión de los observadores particulares de distintas partes del mundo es que las sendas, forman parte de un oscuro plan de inoculación humana que se mantiene en el más absoluto secreto, recordemos que ya en la segunda guerra mundial, se “fumigaba” desde el aire a las tropas enemigas con compuestos tóxicos, pero en tiempo de paz ¿Qué efectos pretenden producir con esta masiva fumigación global?, aquí es donde la parte mas oscura y tenebrosa del plan empieza a preocupar mas seriamente.
También resulta desconcertante el hecho de que, mientras en al marco de crisis financiera global, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo, estima pérdidas por 9000 millones de dólares para las compañías de aeronavegación debido a la disminución de la demanda, en Argentina se compren dos nuevos aviones Boeing 737/700 para la empresa estatal Aerolíneas Argentinas y otros 9 aviones iguales se reciban en concepto de “leasing”, es decir, en alquiler con opción de compra.
Probablemente nada de lo mencionado esté relacionado entre sí pero, la observación de las evidencias puede generar meras especulaciones o desnudar alguna verdad no conveniente para ciertos intereses.
Más efectos extrañosTras analizar cientos de fotos que fueron reuniendo, los observadores encontraron que en algunas de ellas, aparecen desconocidos artefactos voladores cercanos a estas sendas, e incluso algunos de ellos con forma lenticular, son OVNIs, y ¿Qué hacen estos OVNIs cerca de las sendas producidas por los aviones? Más preocupante si cabe, es cómo se van multiplicando las fotografías en todo el mundo en las que se ven nítidamente las sendas, más conocidas por su nombre en inglés “Chemtrails” que significa “sendas químicas”.
Obviamente no se trata de tomar y difundir la primera información que nos llega, pero los acontecimientos están a la vista de todos y en muchos lugares del planeta: aviones que fumigan ciudades, metales pesados en el aire y OVNIs, eso parece no tener sentido, pero las pruebas son reales y no es necesario buscar en Internet ni investigar en libros que hablen de conspiraciones. Algo está sucediendo y es real. Sólo basta con observar el cielo con mayor detenimiento, algo cada vez más difícil en estos tiempos en que los medios de entretenimiento personal hacen que nuestra mirada esté focalizada en adminículos pequeños como reproductores de video, teléfonos celulares y consolas de videojuegos.
De más está decir que llama poderosamente la atención la manera en la que se incrementó, en los últimos años, el tránsito aéreo de aviones supuestamente comerciales en el cielo de la ciudad de Rosario, surcando sectores de la bóveda celeste que, hasta hace poco, no eran los habituales.
Desde la sección “Plan de Vuelo” de la torre de control del Aeropuerto Internacional “Islas Malvinas” de la ciudad de Rosario se informa que casi todos los vuelos comerciales que surcan los cielos de la ciudad, es decir, que no despegan ni aterrizan en Rosario, están bajo el control aéreo del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, lo que resulta extraño ya que el radar de este aeropuerto, tiene un alcance aproximado de 400 km.
Sea cual sea el objetivo, si es que realmente existe un programa, la evidencia está allí arriba, a la vista de todos pero ninguna autoridad ha dado aún una explicación oficial.
¿La fumigación forma parte de un oscuro plan de control de la población?
Por si fuera poco, los observadores reportaron otro extraño efecto adicional, descubierto casi por casualidad. En aquellas zonas en las que los aviones o artefactos sueltan estos compuestos químicos, aparece junto al rocío de la mañana, algo similar a “extrañas telas de araña” que cubren levemente la vegetación. Al tacto, estas sutiles telas o hilos, producen ardor y enrojecimiento cutáneo, lo que indica un determinado nivel de toxicidad.
Mucho se habla y se teoriza sobre las sendas químicas y los más osados comentan que los compuestos químicos realmente forman parte de un plan de inoculación a la población, esa es la teoría más aterradora y que más parecía ajustarse al estudio.
Aparentemente se descubrió que en las zonas donde las fumigaciones son más frecuentes aparecieron “extrañas gripes” que no eran tales, también aumentaron las alergias e irritaciones oculares (en especial en los lagrimales), asimismo, aumentaron los casos de depresión y de otras psicopatías.
El país europeo que mayor cantidad de observaciones de sendas químicas ha informado es España y, coincidentemente, en numerosas ciudades españolas, los casos de bajas laborales por depresión, han alcanzado el 37% del total de las bajas laborales que se producen en este país.
Pero ¿Por qué nos inoculan? Las respuestas parecen casi surrealistas pero bien sabemos que muchas veces la verdad supera ampliamente a la ficción o a la mera especulación.
¿Acaso pretenden inocular a las personas con algún tipo de bacteria o virus para, de este modo, generarnos algún tipo de enfermedad latente que no somos capaces de detectar y cuyos síntomas relacionamos con causas comunes tales como extrañas gripes, dolores de cabeza e irritaciones?
Además de las alergias, gripes, irritaciones… ¿también deberíamos pensar en la gripe aviar, la tuberculosis, la meningitis, el dengue, la gripe porcina?
¿Acaso se trata de agentes químicos que pretenden modificar la conducta humana?, de tal modo que nos hagan más dóciles, ¿menos resistentes a la dominación?
Se dice no sin argumentos que el exceso de flúor en nuestro cuerpo, ataca una zona concreta del cerebro que controla nuestra “resistencia a la adversidad” y nos hace más dóciles, ¿es esa la causa del aumento exponencial de las depresiones en los últimos años? El exceso de Flúor es muy tóxico y puede provocar la Flúorosis que daña el esmalte dental (provocando más caries) y debilita la estructura ósea, causando descalcificación y osteoporosis. El exceso de Flúor o Flúorosis es irreversible y produce trastornos en el cerebro, debilitando las facultades mentales y provocando un efecto mental sedante continuo.
Todo esto es muy extraño, pero asimismo muy real, y el fenómeno de las chemtrails o sendas químicas continúa.
Ya en importantes ciudades argentinas como Rosario y Córdoba se ha informado sobre el extraño comportamiento de las estelas dejadas por los aviones, sobre todo a primeras horas del día como al atardecer.
Las chemtrails son un supuesto fenómeno que consistiría, según sus partidarios, en que algunas estelas de condensación dejadas por aviones no son tales, sino que en realidad están compuestas por productos químicos. Para los partidarios de esta teoría de conspiración la verdadera naturaleza de las chemtrails sería conocida por sólo unos pocos y su objetivo sería causar daños de algún tipo a la población.
"Chemtrail" es una abreviación del inglés chemical trail, que traducido literalmente significa estela química. La denominación imita a la que se da en este idioma a las estelas de condensación (contrail). No debe confundirse este término con la dispersión de sustancias químicas para fines reconocidos como la fumigación aérea de cultivos, el sembrado de nubes o las exhibiciones aéreas.
A poco de terminada la Segunda Guerra Mundial, el equipo de investigación dirigido por el estadounidense Vincent Schaefer descubrió que esparciendo partículas de hielo seco entre las nubes, se “facilitaban” las precipitaciones. Estas partículas, con su baja temperatura de decenas de grados por debajo de cero, lograban que, por coalescencia, se agrupen las gotículas de agua presentes en la nube hasta que alcanzan el tamaño adecuado como para precipitar.
El hielo seco era caro, con lo que no se plantearon seriamente operaciones de “control” meteorológico a gran escala hasta que, tiempo después, Bernard Vonnegut1 descubrió que, sembrando nubes con yoduro de plata, se podía lograr el mismo efecto pero a precios más moderados.
De todas maneras, estas operaciones nada tienen que ver con las estelas químicas, ya que el sembrado de nubes se realiza con aeronaves pequeñas, con motores a hélice, a una altura no superior a los 4000 metros, en cambio las sendas químicas son producidas a más de 8000 metros por aviones de gran porte con motores a reacción.
El vocablo “Chemtrail” fue utilizado por vez primera por el periodista William Thomas en 1999, aunque la primera descripción del fenómeno data de 1997, por Richard Finke.
Por su parte, la comunidad científica se muestra escéptica respecto a la existencia de las chemtrails y considera que se trata en realidad de simples estelas de condensación o grupos de nubes, de los denominados cirros. Pero las estelas de condensación se producen cuando los grandes aviones de pasajeros vuelan a unos 10.000 metros de altitud, en el límite de la troposfera y la estratosfera. La baja presión y la temperatura de varios grados bajo cero provocan que el vapor de agua, al salir del motor, pase directamente de estado gaseoso a sólido, formando un fino polvo de hielo que refleja fuertemente la luz del sol.
Las chemtrails parecen inicialmente estelas de condensación normales. Sin embargo -según los observadores- son más gruesas y persisten durante mucho más tiempo, durante el cual se expanden y se cruzan unas con otras en extraños patrones hasta llegar a cubrir por completo el cielo con una falsa nubosidad.
Los partidarios de la teoría aseguran que el fenómeno está extendiéndose, a la vez que se expande también la red de quienes denuncian su existencia.
Algunas hipótesis sobre el propósito de las sendas químicas hablan sobre el control del clima; tal vez para mitigar los efectos del cambio climático, o tal vez para provocarlos. Un grupo de investigadores de la NASA aprovechó los días posteriores a los atentados a las Torres Gemelas, en que se suspendió todo tráfico aéreo en Estados Unidos, para hacer concienzudas mediciones de la temperatura en el país. Al cabo de unos días, descubrieron sorprendidos, que se había producido el mayor cambio en varios siglos en la diferencia entre las temperaturas del día y la noche. Sólo porque los aviones habían dejado de circular durante unas horas.
También se habla de determinados usos militares, de experimentos en al campo de las comunicaciones, de guerra biológica y de propagación de enfermedades.
El tiempo que permanecen en el aire estas sendas excede ampliamente el de las estelas de condensación, llegando a persistir durante horas y se asegura que este fenómeno aéreo ha aparecido a partir de los años 90, mostrando claras diferencias respecto a las estelas de condensación y las nubes normales.
Las estelas de condensación aparecen -salvo cuando el aire es muy frío- a alturas superiores a los 8.000 metros. Los defensores de la existencia de las chemtrails afirman avistar estelas a alturas inferiores, por lo que no se podría tratar de simples estelas de condensación.
Según información filtrada, en el “Acta de Preservación del Espacio” del 2001 aparece un listado de "armas exóticas" que deben ser prohibidas entre las que se encuentran las chemtrails. También existen documentos que demuestran el interés de los militares por controlar el clima. Esto es interpretado por lo defensores de la teoría como una prueba de que dichas armas existen.
Hay evidencia de que una parte de la comunidad científica tiene gran interés, desde hace años, en estudiar el efecto de las estelas de condensación en el clima y el cambio climático. Debido a que las estelas dificultan la llegada de la luz del Sol se considera que podrían tener efectos mitigadores en el calentamiento terrestre (a este efecto se le llama oscurecimiento global). La existencia de este interés demostraría que las chemtrails forman parte de un programa de modificación del clima.
La información extraoficial dice que ya en 2006, en los libros del Gobierno de Estados Unidos (los libros oficiales sobre los proyectos que están llevando a cabo), se reconoce que están fumigando la Atmósfera para mitigar el efecto de los Rayos Solares y ayudar a la Capa de Ozono.
Paul Watson (Fundador de Greenpeace) escribió un artículo en octubre de 2008 en el cual dice que el Gobierno de Estados Unidos admite la existencia de las estelas químicas, el gobierno de Estados Unidos dice -Sí, tenemos miles de vuelos al año, fumigamos la atmófera probando una sobrecapa para salvar a la Tierra del Calentamiento Global-.
Recientemente, la NASA advirtió que, según sus estudios, desde 1995 la Tierra se ha oscurecido un 20%.
Mientras tanto, la agencia Associated Press, Prensa Oficial asociada de Estados Unidos informó que los nuevos científicos del Presidente Barack Obama aseguran que el Calentamiento Global es tan grave que la administración Obama está buscando otras tecnologías que puedan enfriar la atmósfera de la Tierra.
John Holdren (Científico del Gobierno) le dijo a la Associated Press en una entrevista de Marzo de 2009 que están discutiendo la geoingeniería climática y están disparando partículas contaminantes en la atmósfera para reflejar los rayos solares, Holdren dice que tal ingeniería solo sería utilizada como último recurso, pero lo cierto es que las sendas químicas se pueden observar desde mediados de los años 90.
Se han encontrado miles de Reportes de distintas Universidades sobre cómo ya están fumigando la atmósfera. Desde el Departamento de Energía, el Gobierno de Estados Unidos admite hacer miles de pruebas, mezclando distintas sustancias con el combustible de los aviones para rociar las partículas en la atmósfera.
Hay documentos del Gobierno de Estados Unidos que admiten que llevan fumigando los cielos desde 1996, ellos los llaman “Indirect Aerosol Spray Campaign” (Campaña de Esparcimiento Indirecto de Aerosol). La agencia Associated Press de Estados Unidos y el London Guardian del Reino Unido están informando que otra de las sustancias con las que se estaría experimentando es el Bario.
Las sendas químicas crean en ocasiones patrones en el cielo (líneas paralelas, líneas que se cruzan, etc.). Esto es interpretado como prueba de que se pretende que estas sendas cubran una gran área.
Se ha detectado bario y aluminio en muestras del suelo tras aparecer sendas químicas, así como bacterias y se han observado formas circulares en las sendas, lo que se considera como prueba de que se pretende "fumigar" reiteradamente una zona.
En muchos casos, el avión no es visible al radar. Para los partidarios de la teoría, esto es una prueba de que las sendas químicas forman parte de un plan que va más allá del control del clima.
Una operación encubierta nunca antes realizada por militares estadounidenses está causando enfermedad y consternación en varios países. Según expertos, los responsables son aviones cisterna de las Fuerza Aérea, en desafío a regulaciones de la aviación civil, la salud pública y las leyes de polución.
La Armada estadounidense tiene un proyecto supersecreto para dominar la frecuencia radial en un campo de batalla y un país, desde el principio al fin de un combate. Los informes confidenciales indican que los experimentos se realizan desde las bases aéreas de Hurlburt Field (Florida), Wright-Patterson (Ohio) y en el campo de pruebas White Sands (Nuevo México).
El sistema Radio Frequency Misión Planner (RFMP) logra imágenes del campo de batalla vía satélite y las tridimensiona para su transmisión por televisión y pantallas DataWall al puesto de mando; y para que este sistema funcione es necesario que exista una mezcla de bario y sal en la tierra.
A pesar de sus repetidas protestas de inocencia, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha estado implicada en fumigaciones desde los 90. El 2 de marzo de 2000, al permanecer en tierra por mantenimiento cientos de aviones cisterna KC-135 (Stratotankers), la actividad aeroquímica sobre las ciudades se redujo considerablemente, y también las denuncias sobre fumigación aérea que llegaban por Internet al centro de control de Houston.
Las estelas de aerosol fueron fotografiadas vía satélite sobre Irak y Arabia Saudita durante la Guerra del Golfo y ahora también en los Estados Unidos y otras partes de Europa. Afganistán fue saturado con aerosol químico, y las fibras de polímero del aerosol de bario en la atmósfera pueden ser usadas como un sistema de detección óptica para descubrir la presencia de agentes biológicos. ¿Suena increíble? Quizá lo sea.
El noticiero del canal WCTI, de New Bern, Carolina del Norte, en un informe titulado Capacitación de la OTAN en el local correccional del Condado Pamlico, reveló que la tripulación del USS Enterprise probaba y aplicaba ya en marzo de 2001, tecnología que combinaba imagen satelital con el uso del aerosol de sales de bario frente a la costa de Carolina del Norte. Un periodista de la zona declaró que en esa práctica se usó el control del clima para producir una tormenta. Esto sólo trascendió en los medios del área costera de Carolina del Norte.
El programa ha sido declarado “secreto” para la población civil y para las agencias de protección ambiental (EPA). En verdad, los sistemas computarizados y la química han sido fusionados para usar como armas de guerra, en detrimento de la salud ambiental y humana.
¿Cómo puede mantenerse en secreto una estratagema tan grandiosa de ingeniería planetaria? Sólo basta pensar por cuanto tiempo se han ocultado a un público drogado, indiferente y desilusionado, los horrores del agente naranja entre el pueblo vietnamita, la enfermedad de la Guerra del Golfo, que dejó incapacitados o mató a miles de combatientes, o las 16.000 muertes de Chernobyl y tantas otras catástrofes.
Las sales solubles de bario son tóxicas para los mamíferos; se diluyen rápidamente en el tracto gastrointestinal y se depositan en músculos, pulmones y huesos. No se sabe el efecto a largo plazo que tiene el bario en los seres humanos.
Cientos de miles de personas llenan las salas de emergencia de los hospitales del mundo manifestando diversas afecciones con características gripales, y es fácil deducir que pueda estarse llevando a cabo algún tipo de “selección de población” algo que ha sido meticulosamente documentado de acuerdo al plan del Comité de 300 de Haig-Kissinger, de reducir la población mundial en 2000 millones de personas por medio de guerras, hambrunas y enfermedades.
El último avistamiento de sendas químicas sobre la ciudad de Rosario, antes de la realización de este programa de radio, fue en el atardecer del domingo 21 de Junio de 2009, cuando se pudieron contar simultáneamente hasta 8 sendas. Los espacios abiertos estaban colmados de personas, grandes y chicos, ya que se celebraba el “Día del Padre” pero nadie pareció darse cuenta de las “marcas en el cielo” que permanecieron por horas.
http://www.otrasalternativas.com.ar/2009/06/sendas-quimicas-las-misteriosas-marcas.htmlEn la página hay colgados varios vídeos de
www.youtube.com para que podáis echar un ojo y ver a lo que se refieren estas "sendas químicas"
Besitos
por gerundio Hoy a las 11:36
