En fin del Yoga es conseguir que las energías acumuladas en el
organismo circulen libremente en beneficio de un mayor equilibrio
entre cuerpo y mente, pues, al existir una estrecha vinculación
entre el cuerpo físico y los estados mentales, hecho comprobado
incluso médicamente, una mayor armonía entre ambos será
notablemente beneficioso para la persona.
Los maestros del Yoga distinguen principalmente una triple correlación entre cuerpo y mente:
Relajación entre la actitud corporal y el estado mental.
Relajación entre el tono muscular y el estado mental.
Relajación entre el ritmo respiratorio y el estado mental.
Pese la creencia popular, el Yoga no es ningún tipo
de gimnasia ni ningún método terapéutico,
aunque pueda aplicarse como tales;
es un sistema encaminado a que la persona
pueda recuperar el equilibrio físico y psíquico
a través de una relajación.
Relajación entre actitud corporal y estado mental
Si estudiamos el lenguaje corporal veremos que ciertas disposiciones mentales inducen a desplegar ciertos movimientos, o lo que es lo mismo, que con ciertos estados de ánimo la persona tiende a adoptar determinadas posturas. Por ejemplo, cuando estamos nerviosos tendemos a hundir el pecho, a agarrarnos las manos y a cruzar los brazos, en un intento instintivo de retener energía; y al contrario, cuando estamos eufóricos, tendemos a expandir el pecho y abrir los brazos, pues tenemos un exceso de energía. Si con ello se demuestra que en un estado mental induce inconscientemente una determinada actitud corporal, podemos pensar que si adaptamos conscientemente una determinada posición, ésta influirá en nuestra mente. Por ejemplo, cuando nos sentamos tranquilamente en el suelo, juntando los pies y cruzando las manos, al cabo de un cierto tiempo sentimos una extraña serenidad, una tranquilidad interior que beneficia nuestra mente, pues con ello, si hacemos caso de los maestros en Yoga, hemos cerrado nuestro circuito de energías, disminuyendo nuestra sintonía con el exterior y facilitando el ensimismamiento.
Relajación entre tono muscular y estado
Es de todo sabido que cuando nos sentimos especialmente preocupados solemos tensar algún grupo muscular del cuerpo, generalmente la parte superior de la espalda si la preocupación no es demasiada, y el plexo solar y estómago cuando la preocupación es excesiva y aparece la desesperación. La demostración de que esta relación entre tono muscular y estado mental tiene una doble vía es el hecho constatado de que si una persona está preocupada con la espalda tensa, un masaje en la zona que relaje el grupo muscular tendrá como consecuencia que la preocupación desaparezca durante un tiempo y la mente se inunde de paz. Esto es debido a que con la tensión muscular parte de la mente está "distraída", fijándose en el sector contraído, al no estar en armonía con el resto del cuerpo, al tiempo que parte de nuestra energía se centra en mantener una concentración inútil y prolongada; al desaparecer la tensión mediante (por ejemplo) el masaje, la mente sigue funcionando sin rémoras y se evita una pérdida innecesaria de energía, con la que, al restablecerse la armonía y la función mental habitual, nuestra mente nos obsequia con una sensación placentera. Con todo lo dicho parece evidente que si el cuerpo está relajado, tanto muscular como neurológicamente, lograremos una extraordinaria tranquilidad mental, que dará como resultado que funcione con un mejor y mayor rendimiento.
Relajación entre ritmo respiratorio y estado mental
Todos nuestros estados anímicos y mentales tienen su correspondiente cuadro respiratorio: cada vez que hay una alteración de la personalidad, se manifiesta a través de la respiración, convirtiéndose ésta en una expresión de nuestra personalidad. Si aprendiéramos a examinar la respiración de las demás personas, sabríamos con certeza su estado anímico; de hecho, muchas escuelas de psicología y de psiquiatría incluyen entre sus estudios este tipo de análisis. Estos estudios nos dan la pauta de la correlación respiración-mente: a mayores problemas internos, mayor bloqueo respiratorio, que da como resultado una respiración relativamente superficial y, por ello, pobre en oxígeno. Cuando estamos preocupados respiramos seca y violentamente, incluso llegamos a sentir una sensación de ahogo cuando la desesperación y la angustia nos desbordan; mientras que cuando estamos entusiasmados la respiración se acelera haciendo entrar más aire en los pulmones, incluso con la euforia, cuando parece como si estuviéramos en la cima del mundo, expandimos al máximo los pulmones, llenándonos de aire vitalizador. El yoga, precisamente por lo expuesto, se usa una respiración profunda y pausada, purificando y ventilando toda la capacidad pulmonar, revitalizando el cuerpo y la mente, dando salida a las emociones y a los estados anímicos reprimidos.
Relación entre cuerpo y mente
Con lo anteriormente expuesto se demuestra que existe una relación entre los estados mentales y estados corporales (actitud corporal, tomo muscular y ritmo respiratorio). Pero no es sólo eso, como la mente está relacionada con los tres estadios físicos comentados, es lógico suponer que éstos están relacionados entre sí, y así es. Un ejemplo claro de ello es cuando un artista marcial está realizando ejercicios de elongación; si nos colocamos en una posición correcta, y llevamos un ritmo de respiración adecuado, la relajación muscular y ligamentosa es mayor, con lo que en una sesión bien llevada (en la que están bien relacionados los tres estadios corporales) se avanza mucho más en la consecución de una mayor elasticidad. Resumiendo: el Yoga se diseñó con el fin de adiestrar de forma correcta la postura, el tono muscular y la respiración, para limpiar interiormente el cuerpo y la mente.
http://www.publicanary.com/espiritual/9.htm