Los decretos son estados pequeños que funcionan como oraciones. Sin embargo, no se dirigen a cualquier deidad, sino a nuestro propio ser superior, a la reprogramación de nuestras mentes en una capacidad positiva y permite nuestro poder personal, sin límites de nuestro éxito. Los decretos le permiten desarrollar sus dones y ser dignos de éxito!.
Simplemente recite diariamente los decretos que usted leerá a continuación y que le ayudará a ser más y más virtuoso y merecedor de éxito. Cuanto más a menudo recite, mayor es su efecto. La fuerza de nuestra mente se une el poder de la palabra hablada, tornándose en realidad aquello que decretamos con la fé.
Para ayudarle en su concentración, usted puede encender un incienso, una vela o poner algo de música suave mientras hace el rezo. Elija los decretos que estén en sintonía con sus necesidades.
Decreto de la perfección
Yo soy perfecto en todo sentido. Yo soy el perfecto amor, la bondad perfecta, la virtud perfecta, el perdón perfecto, la comprensión perfecta y la libertad perfecta. Sólo la energía divina tiene lugar en mi vida.
Decreto de Perdón
Soy infinitamente virtuoso porque tengo la divina capacidad de perdonar. No hay lugar para la amargura, la ira, el odio o la tristeza en mi corazón. Todas las huellas malas del pasado, están apagados para siempre. Te perdono, soy perdonado y soy feliz.
Decreto del Amor
Tengo amor en mi corazón y sólo eso atrae buenas vibraciones a mi vida. Mis amigos, mi familia, mis compañeros de trabajo y todos los seres que encuentro, perciben la luz de amor que irradio y me devuelven esa energía en forma de amor infinito.
Decreto de Responsabilidad
Soy responsable y capaz. Hago con alegría y eficacia todas las tareas asignadas a mí. Nadie está decepcionado conmigo porque yo cumplo mis deberes con dignidad.
Decreto de la Paciencia
Yo soy paciente y amoroso. Me coloco en sintonía con el tiempo cósmico, y estoy feliz porque estoy en armonía conmigo mismo y con todos los demás seres.
Decreto de la Paz
Yo soy la paz infinita que emanan del corazón de Dios y se manifiesta en todos los seres. Estoy en perfecta armonía con todas las criaturas, porque la voluntad divina está manifiesta en mis acciones. Todo lo que hago siempre se hace en paz.
Decreto del Valor
Yo soy fuerte y valiente. No tengo miedo, porque yo soy digno de las bendiciones cósmicas. Nada me hace abandonar la lucha por la verdad, mis ideas y mis sueños.
Decreto de la simplicidad
Soy sencillo, respecto a todo el mundo por igual y estoy en armonía con la naturaleza. Mi riqueza interior es la energía positiva que atrae a la prosperidad de todos los ámbitos de mi vida.
Decreto de la Bondad
Yo soy un aspecto de la Luz Divina en la Tierra. La bondad está en mí, porque mi naturaleza es buena. Haciendo el bien hace que todo el universo vibre a mi favor.
Decreto de la Honestidad
Soy honesto conmigo mismo y con los demás. Sólo la verdad y la sinceridad tienen un lugar en mi vida. Yo soy digno de confianza y respeto para todos, y este don me hace lograr el éxito.
Decreto de Cooperación
Soy extremadamente cooperativo y estoy siempre dispuesto a ayudar a otros. Gracias a esta cualidad, todos colaboran conmigo y me hacen la vida más fácil.
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