El pensamiento persistente acerca de algo que nos desagrada, que no deseamos tener en nuestras vidas y el consiguiente sentimiento que ese pensamiento nos produce, nos avisan que no estamos siendo o haciendo aquello que deseamos.
Nuestro cuerpo es una perfecta creación, que realiza cientos de funciones con una exactitud maravillosa.
No dudes de ello.
Y no fijes tu atención, no observes ni escuches situaciones que contrarien tu convicción de eso.
En realidad lo que si debemos entender es que somos un organismo que no acaba en el cuerpo físico, que el sistema emocional y la mente forman parte integral de ese organismo y funcionan como un todo.
Nuestro cuerpo físico es además de una perfecta maquinaria, una caja de resonancia de todo lo que nos provocan las emociones y los pensamientos.
El pensamiento persistente acerca de algo que nos desagrada, que no deseamos tener en nuestras vidas y el consiguiente sentimiento que ese pensamiento nos produce, nos avisan que no estamos siendo o haciendo aquello que deseamos.
Pero estamos muy habituados a convivir con eso, a soportarlo; sin embargo, si vivimos la vida atentamente veremos como nuestro cuerpo nos indica con señales claras que hagamos lo que sea necesario para corregir aquello que no esta bien y nos decidamos a vivir plenamente.
El cuerpo físico nos trae la basura que intentamos esconder y nos la deja en la puerta para que nos encarguemos de tirarla como corresponde.
Es muy importante que tengamos muy claro que solo existen dos tipos de sentimientos, los que se sienten bien y los que se sienten mal y que siempre podemos elegir.
Generalmente cuando nos sentimos mal, de una u otra manera lo hacemos con la intención de dañar a quien “nos provocó” esos sentimientos, pero los sentimientos habitan dentro de nosotros y adivina a quien dañan realmente?
Recordemos además que en todo momento estamos emitiendo una frecuencia al Universo que atrae su correspondiente.
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