Escenas de la vida lunar
Una dama con luna en Piscis puede imaginarse con su vestido de novia cuando sólo fue a tomar un café con alguien. Si el señor es luna en Escorpio, éste seguramente pensará en cómo sacarle el vestido y llevarla a su cama, lo más rápidamente posible.
Cada uno está viendo una película distinta y posiblemente, si no reaccionan o negocian a tiempo, ambos se sentirán estafados. Ella dirá que él busca sólo sexo y él, que ella es una histérica, ¿les suena familiar?
Si es al revés, si es el hombre el que tiene luna en Piscis, tal vez le lleve flores y le hable de poemas y la señorita con luna en Escorpio necesita más acción.
La luna en la carta natal
En la carta natal la posición y signo de la luna es uno de los puntos a tener en cuenta para la definición de cómo respondemos emocionalmente.
Nuestros primeros impulsos ya están influidos por nuestra luna particular. Todo esto se asocia también a la figura de la madre, al hogar y a lo femenino en general.
La luna astrológicamente es “lo que se siente y cómo se siente”. Si lo consideramos desde el punto de vista de la energía, es una matriz de comportamiento, lista para activarse y reaccionar en las relaciones.
Esto significa que tiende a actuar de la misma manera ante determinadas situaciones.
Qué ves cuándo me ves
Para comunicar claramente primero nos tenemos que poner en contacto con lo que sentimos, sin juzgar si es bueno o malo.
Es común que disfracemos sentimientos que nos pondrían “al desnudo” o a expensas del otro.
A veces ese disfraz tiene que ver con la característica de nuestra luna:
Una luna en Leo (disfraz de reina) mientras más amor necesita, más orgullosa se muestra. Seguramente pensará ante un señor que no la llama “¡Cómo se le ocurre no llamarme a mí!”
Una luna en Capricornio (disfraz de mendiga) piensa “Otra vez me rechazan”
Y una luna en Virgo (disfraz de mujer perfecta) puede dudar: “¿Seré lo bastante linda? ¿Habré dicho algo inconveniente?”
Hay lunas que por su intensidad (por ej. Luna en Escorpio) hieren al otro, bien porque se asustan ante una fusión muy plena y temen desaparecer como individuos, o bien porque su naturaleza les pide intensidad antes que indiferencia.
A veces lo que se ofrece al principio como lazo magnético hace después de las suyas y provoca peleas.
Un varón con luna en Capricornio seguramente apurará la retirada si la conquista es difícil, en cambio, otro con luna en Aries puede ir hacia adelante e insistir, y quién sabe, tal vez la dama en cuestión lo mire de otro modo en base a esa insistencia.
La forma de enfrentar estas cuestiones es hacerse consciente de cómo reaccionamos, de acuerdo con nuestra energía lunar y qué es lo que encontramos como respuesta, no como destino.
Reinas o mendigas
Conocer nuestro modelo emocional de comportamiento nos permite hacer conscientes reacciones que repetimos y no nos hacen bien, amigarnos con ellas y ver cómo podemos refinarlas. Así vemos mejor a los otros y hacemos más claro el vínculo.
Lo interesante es sacar el foco de “lo que me hace el otro” a “lo que yo hago” para conocer nuestros mecanismos de defensa en las relaciones.
Estas formas de reacción emocional también las utilizamos en nuestro vínculo con nosotras mismas: sobrevaluándonos o descalificándonos, tratándonos como reinas o como mendigas.
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